Una de las joyas que no deben faltar en nuestro deambular por las calles de Algar de Mesa. Data del siglo XVI, más concretamente del año 1574 y según consta en algunos documentos, fue construida sobre un templo románico que a su vez se levantó sobre otro aún más antiguo. De su construcción renacentista se conservan algunos detalles como su arco triunfal de medio punto, el cual fue restaurado para reparar los daños que le fueron causados durante la Guerra Civil Española.
En su interior se mantienen algunas obras de estilo barroco en su gran mayoría y pequeños altares como los de la Virgen de los Albares, Santo Domingo de Guzmán, el Sagrado Corazón de Jesús, la Inmaculada Concepción, la Virgen del Pilar y la Virgen del Rosario. También cabe destacar la pila bautismal de gran antigüedad.
Una de las joyas que no deben faltar en nuestro deambular por las calles de Algar de Mesa. Data del siglo XVI, más concretamente del año 1574 y según consta en algunos documentos, fue construida sobre un templo románico que a su vez se levantó sobre otro aún más antiguo. De su construcción renacentista se conservan algunos detalles como su arco triunfal de medio punto, el cual fue restaurado para reparar los daños que le fueron causados durante la Guerra Civil Española.
En su interior se mantienen algunas obras de estilo barroco en su gran mayoría y pequeños altares como los de la Virgen de los Albares, Santo Domingo de Guzmán, el Sagrado Corazón de Jesús, la Inmaculada Concepción, la Virgen del Pilar y la Virgen del Rosario. También cabe destacar la pila bautismal de gran antigüedad.
Situada a un breve paseo a las afueras del pueblo dirección Calmarza, bien protegida gracias a varios contrafuertes, y con una reconocible entrada con arco de medio punto, esta ermita da descanso a nuestra virgen durante los meses más fríos, para después se llevada por los devotos a la iglesia de Santo Domingo de Guzmán durante los meses centrales del año.
Situado en la parte baja del pueblo, entre la iglesia y el río, disfruta de una posición estratégica fantástica pudiendo controlar las llegadas desde sus pueblos vecinos de Villel de Mesa, Calmarza y Milmarcos. Se trató de una simple fortaleza subsidiaria del Castillo del Mesa que estaba asentado entre las localidades de Villel y Algar de Mesa.
Su situación además facilitaba la bajada directa a través de una escalera de caracol al curso de río. Actualmente los restos de este castillo son de propiedad privada.
Situado en la parte baja del pueblo, entre la iglesia y el río, disfruta de una posición estratégica fantástica pudiendo controlar las llegadas desde sus pueblos vecinos de Villel de Mesa, Calmarza y Milmarcos. Se trató de una simple fortaleza subsidiaria del Castillo del Mesa que estaba asentado entre las localidades de Villel y Algar de Mesa.
Su situación además facilitaba la bajada directa a través de una escalera de caracol al curso de río. Actualmente los restos de este castillo son de propiedad privada.
Pese a que resulta difícil reconocerla, si prestamos un poco de atención podemos identificarla gracias a su posición y continuación de la estructura de nuestro castillo.
Sobre ella se asientan varias casas actualmente debido a la configuración del terreno y la evolución del pueblo.
Construida por el propio pueblo para el párroco, fue adjudicada a los pocos años a los marqueses de Villel. Se encuentra al lado de la iglesia y consta de tres pisos, destacando en ella dos relojes de sol, uno de ellos encima de su balcón rodeando el escudo presente, y el otro en la parte izquierda de la fachada.
Construida por el propio pueblo para el párroco, fue adjudicada a los pocos años a los marqueses de Villel. Se encuentra al lado de la iglesia y consta de tres pisos, destacando en ella dos relojes de sol, uno de ellos encima de su balcón rodeando el escudo presente, y el otro en la parte izquierda de la fachada.
Se asienta casi en el cruce de dos montañas, encima de la ermita de la Virgen de los Albares. Según cuentan los dichos, allí se encontraba esta virgen, a la cual le empezaron a construir la pequeña ermita que todavía se conserva, pero ella no la quiso, yéndose de Algar dirección Jaraba donde se asentó y tiene su ermita.